Hoy voy a hablar de la Heliamphora, que es como todo el mundo llama a esta planta. Viene de la familia Sarraceniaceae. Su nombre científico es Heliamphora spp. Esta planta crece silvestre en los “tepuis” o mesetas elevadas del sur de Venezuela, Guayana y norte de Brasil. Hoy día se conocen 6 especies y unos 12 híbridos hortícolas con hojas más coloreadas o de flores más grandes. Las que más se cultivan son estas 3 especies:
- Heliamphora Heterodoxa
- Heliamphora Minor
- Heliamphora Nutans
Los híbridos son los más fáciles de cultivar, son más tolerantes con las temperatura no como las especies puras. Un ejemplo de híbrido es: Heliamphora Nutans x Heliamphora Heterodoxa. La Heliamphora crece a partir de un rizoma, formando unos llamativos jarros que se disponen en forma de roseta. Los jarros tienen unos pequeños capuchones que no protegen los jarros, sino que los usa para segregar néctar que seguidamente atraerá a los insectos. Los jarros están abiertos y cuando llueve se llenan de agua de lluvia. Las Heliamphoras más grandes, tienen un pequeño agujerito a media altura, esto sirve para regular el nivel de agua en el interior de la trampa, ya que las precipitaciones son muy abundantes por no decir constantes. Las flores de esta planta, se encuentra sobre un largo pedúnculo floral, son de color blanco, verdoso o roseado y suelen tener forma de estrella.
Cultivo.
Estas plantas requieren de sol directo pero no ardiente. Son sensibles al sol fuerte de las tardes, prefieren el sol de las mañanas. Hay que llevar cuidado con el sol directo, ya que la temperatura debe mantenerse lo más baja posible. Una señal de que a nuestra Heliamphora le falta luz, nos lo dirá la falta de unos bellos matices rojizos. La mejor opción es la luz ultravioleta artificial que no caliente demasiado. La Heliamphora es buena planta para crecer en terrarios con luz artificial. También requiere unas temperaturas frescas durante todo el año, ya que en el lugar en el que crecen estas plantas tienen un microclima especial y único. Este es el principal problema del cultivo de la Heliamphora. Las temperaturas que tolera van desde los 4ºC a los 26ºC., ya que en el lugar en el que crecen, son esas las temperaturas durante todo el año. En nuestro cultivo, no debe sobrepasar dichas temperaturas. También precisa de una humedad ambiental muy alta, del 60% en adelante. La macetas que se deben utilizar, deben ser porosas (de arcilla, pero antes de plantar a la Heliamphora, se debe haber lavado muy bien) y con una capa de gruesa de drenaje en el fondo compuesta de bolitas de arcilla previamente bien lavadas. El substrato debe estar compuesto de 30% de turba rubia, 50% de arena de cuarzo y 20% perlita. El riego debe ser constante durante el verano o de lo contrario las delicadas raíces se tostarán. Los días de elevadas temperaturas, proteger las raíces con riegos. Para regar se deberá utilizar el método de la bandeja, regándose con frecuencia en verano y disminuyéndolo bastante en invierno. Si la Heliamphora no está expuesta a lluvias en el exterior, deberemos llenar sus jarros manualmente, aproximadamente ¾ partes del jarro, aunque no es necesario con exactitud, ya que ellas tienen un mecanismo propio de drenaje del agua sobrante en la jarra. ¡Siempre utilizar agua de lluvia, destilada, etc.! La Heliamphora es recomendable que se trasplante anualmente en primavera pero llevando mucho cuidado cuando lo realicemos, ya que las raíces son extremadamente frágiles, y con un mal movimiento las podríamos romper o dañar.
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